LOS REDUCTORES DE VELOCIDAD ¿‘Seguridad o Inseguridad?

La incontrolada instalación de los llamados policías acostados o reductores de velocidad es un dolor de cabeza para propietarios de vehículos en Colombia.

La proliferación de taches, bolardos, policías acostados fijos de asfalto, concreto, tierra entre otros y los desmontables de plástico y caucho, considerados todos como reductores de velocidad, entorpecen la circulación de vehículos, algunos son peligrosos y además dañan vehículos.
En Colombia los hay por todos lados, tamaños y materiales. No respetan normas de altura, ancho y especificaciones reglamentarias, en un porcentaje muy alto en los barrios residenciales.
Los policías acostados no están demarcados sean ilegales o legales ya que por el tiempo se despintan muy fácil, han provocado muchos accidentes.
Las señales verticales también escasean y muchas de los que existen han sido víctimas del vandalismo. Ante esta situación, las autoridades han reconocido dificultades, pero piden cultura ciudadana a todos los habitantes de Colombia, vaya a otro país y deteriore una señal de transito o al menos intente hurtarla haber que pasa, lo procesan exageradamente como un delincuente que esta causando daño a la sociedad.

Hay que observar a los barrios de nuestra Colombia para ve vea que los reductores de velocidad parecen más trampas mortales porque están mal hechos, mal ubicados o ni siquiera están demarcados, claro son reductores ilegales colocados por los habitantes de dicho barrio. Por lo cual no están informados que es prohibido colocarlos.
A algunos reductores de velocidad que se ubican en determinados sitios de las vías públicas para controlar accidentes, se les debería cambiar el nombre y colocar una señal ojo ´´reductor de velocidad, próximo a caerse´´, porque son muchas las personas que salen lesionadas por culpa de éstos.
La situación es que las motocicletas y vehículos que pasan por algunos policías acostados toman mucha velocidad y los conductores no se dan cuenta del reductor, que prácticamente está despintado, y poco visible en las noches. Por eso, los conductores sólo lo notan cuando pasan sobre él o cuando ya están en el piso.
La Resolución 1050 de 5 de mayo de 2004, emanada del Ministerio de Transporte adoptó "el Manual de Señalización Vial. Dispositivos para la regulación del tránsito en calles y carreteras, al reglamentar genéricamente los reductores de velocidad: para su construcción debe obedecer rigurosamente a especificaciones técnicas de carácter constructivo, deberán estar precedidos de la señalización vertical y horizontal correspondiente y, cuando sea posible, se acompañarán de otras medidas que induzcan al conductor a reducir gradualmente su velocidad hasta alcanzar un nivel satisfactorio.

Deberán complementarse con señales reglamentarias de velocidad (SR-30) y su presencia será advertida con la señal preventiva SP-25. Los resaltos deben ser pintados exclusivamente de color amarillo. Esta pintura deberá ser reflectorizada con microesferas de vidrio.

Cuando se construya un reductor de velocidad, la flecha máxima de la protuberancia o saliente sobre el plano de la superficie del pavimento será de 10 cm. y la longitud mínima a lo largo de la vía 3.70 m.

Un estudio de Tránsito debe demostrar la conveniencia de la construcción de un resalto y la entidad encargada del mantenimiento de la vía deberá autorizarla. Aquí se incumple todo, el debate está abierto.

Definición

Los reductores de velocidad son dispositivos colocados sobre la superficie de rodadura, cuya finalidad es la de mantener unas velocidades de circulación reducidas a lo largo de ciertos tramos de la vía.
Su efectividad reside en el hecho de crear una aceleración vertical en los vehículos al atravesar los dispositivos, que transmite incomodidad a los conductores y ocupantes cuando se circula a velocidades superiores a las establecidas.

La norma
El Artículo 120 de la Ley 769 de 2002 (Código Nacional de Tránsito Terrestre) establece que los alcaldes o las secretarías de Tránsito, podrán instalar reductores de velocidad o resaltos en las vías que presenten alto riesgo de accidentalidad.